¿Qué es lo que deseas? ¿Te conformas con recompensas tan pequeñas como la fama y la fortuna? Los Ángeles me han explicado que estos deseos que parecen grandes son diminutos para la energía Universal.
Me explican que deberíamos aprovechar mucho más nuestra capacidad creadora como Hijos de Dios, revisar dentro de nosotros y conectarnos con los anhelos más profundos de nuestra alma, con el deseo de amor, de libertad del Yo, con el deseo de una edad dorada, donde la perfección regresa a la tierra.
Casi siempre nuestros deseos y peticiones son dirigidos por nuestro ego, están llenos de egoísmo y parecemos apáticos ante lo que nos rodea. Estamos sumergidos en pensamientos de carencia que no permiten que abracemos la abundancia, que seamos capaces de reclamar la prosperidad que nos corresponde.
Es increíble pero cuando nos liberamos del deseo de recibir solo para nuestro ser, rompemos una cadena energética de carencia, nos lanzamos a los brazos de la abundancia y a la ilimitada opulencia del Universo, allí reside la libertad, el amor y la realización duradera.
Los Ángeles nos enseñan por medio de tantos libros que el tiempo es YA, que podemos participar de todas las aperturas energéticas que están sucediendo para nuestro planeta tierra; también me han dicho que más que querer entender, llenándonos de teorías, lo que debemos hacer es agradecer, vibrar y emocionarnos con cada cosa que seamos capaz de manifestar. Es justo en un corazón agradecido donde encontramos las mejores recompensas y tesoros.
Cuando abrazamos nuestra libertad y honramos lo que somos sin juzgarnos, recibimos infinitas bendiciones. Ayudémonos de las energías que nos rodean, de cada portal que se abre, de cada ser de luz que se acerca a nosotros mientras dormimos o meditamos.
“Disfruta cada paso que des y no sigas tratando de ser espiritual, porque lo eres desde que naciste, simplemente lo olvidaste por un momento”. Mensaje de un ángel
Lina y yo les deseamos todos los milagros y bendiciones que sean capaces de atraer y manifestar de forma consciente, posiblemente alguno de ellos nos beneficiará a todos por igual.
Un abrazo.
Catalina Restrepo Aristizábal
